Disculpas no expresadas
El exterior habitualmente inquebrantable de mamá empezó a desmoronarse, como una frágil cáscara que diera paso a algo más blando en su interior. Sus defensas bajaron y, en el silencio entre foto y foto, unas débiles palabras de arrepentimiento se deslizaron en el aire, casi ahogadas por la tranquila música de fondo. Apreté con fuerza su mano, asegurándole en silencio que todo estaba perdonado. Aquellas disculpas a medio formar se mezclaban con los recuerdos que se desarrollaban, creando una profundidad que las palabras por sí solas nunca podrían captar.
Disculpas no expresadas
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Lágrimas y emoción
Algunos de los amigos más íntimos de mamá se secaron los ojos, tratando en vano de ocultar las lágrimas que les manchaban las mejillas mientras la presentación de diapositivas llegaba a su fin. Entonces, las imágenes dieron paso a un montaje de vídeo y, una vez más, la sala enmudeció y el turno acaparó toda la atención. Con las voces y las imágenes cargadas de amor, el momento nos envolvió a todos como un abrazo familiar, conservándose como un recuerdo que ninguno de nosotros olvidaría.
Lágrimas y emoción