La comprensión de los invitados
Las risas se extendieron por la multitud mientras las cabezas se movían en señal de acuerdo, asimilando por fin el verdadero valor de la sencillez. Las dudas que antes ensombrecían la velada se disolvieron por completo. "Ahora lo entiendo", murmuró el tío Joe, dándome en el hombro una palmada firme y aprobatoria. Al otro lado de la habitación, mi hermano arrojó puñados de confeti de colores hacia mamá, añadiendo un juguetón estallido de alegría que iluminó el espacio y transformó cada juicio silencioso en ondas de auténtica alegría.
La comprensión de los invitados
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Sonrisas luminosas y lágrimas de felicidad
Por fin, la sonrisa de mamá se liberó, luminosa y desprevenida, sus ojos brillaron con lágrimas que resplandecían de calidez más que de tristeza. "Esto es lo real", comentó papá en voz baja, con la mirada recorriendo los rostros alegres que le rodeaban. Se oyeron risitas alegres que disiparon el último frío que había invadido la noche. La felicidad de la habitación parecía fresca e indómita, como la luz del sol que se filtra tras una tormenta.
Sonrisas brillantes y lágrimas de felicidad